Su nombre proviene de su apariencia que recuerda a un insecto y del hecho de que son robots, por supuesto. Los RoboBee cuentan con dos membranas que cumplen el rol de alas y se mueven unas 120 veces por segundo, lo cual le permite a estos mini-drones flotar en el aire e incluso realizar un lento vuelo. Debido al tamaño de estos pequeños, los creadores tuvieron que hacer uso de algunos materiales especiales para lograr su objetivo. Uno de los desarrolladores, Kevin Y. Ma, ha dicho que los robots grandes pueden usar motores electromagnéticos, pero en esta escala debes optar por otras alternativas.
Lo único que esperamos es que el RoboBee no sea utilizado para espiar a la gente, aunque según el equipo de desarrollo sus fines son otros.
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